
“Fraccionario” se compone de una serie de pinturas, dibujos, cianotipos, objetos y texto. Este proyecto emerge en torno al habitar, transitar y observar diversos espacios dentro de Santiago. Desde una relación sujeto/objeto es que generamos desplazamientos de forma, imagen, contenido y lenguaje de nuestro cotidiano; con el fin de entender este paisaje y sus elementos como lo fraccionario, una parte del todo; abordado desde una nueva vereda, una mirada que cruza lo arquitectónico y lo conceptual.
Este proceso recoge, acoge, complejiza y abstrae objetos e imágenes que analiza y guarda, ya sea por su calidad genérica dentro de la ciudad o por su fragilidad y subjetividad dentro de esta misma. Es por lo anterior que proponemos volver a mirar, a visitar y analizar lo que se encuentra en el transitar habitual, resguardándolo del anonimato y preservándolo como objeto de estudio.
Esta exposición se realizó como expo taller en conjunto con Tatiana Julio, entendiendo las obras como proceso, más allá de un objeto terminando. El díptico “Barrio Salvador: Mediodía y Nocturno“ fue seleccionado, posteriormente, para participar en el premio Arte Laguna 2021, para ser expuesto en el Arsenale en Venecia, Italia.
Barrio Salvador
Esta pintura es parte de una serie sobre “Barrio Salvador” (Santiago, Chile), son pinturas sobre el tiempo, la arquitectura, la luz, el color y la transformación.
Salvador es un barrio viejo, generalmente residencial, con casas antiguas a dos aguas, quizás edificios de tres pisos y tiendas de barrio, también contiene un gran número de hospitales. Su proximidad al centro de la ciudad lo vuelve bullicioso, con constante movimiento y tráfico. Al mismo tiempo, está rodeado de tiendas de otros barrios que han evolucionado más rápido: Barrio Italia (cultural, gentrificado y turístico) y Barrio Infante (Lleno de galerías, innovación y casas residenciales). A primera mirada, salvador es el más feo de todos, y el que menos tiene identidad. Pero al vivir y trabajar en este espacio, uno se acostumbra a su fealdad y antigüedad, y justo cuando comienzas a ver belleza en sus formas y a guardad recuerdos del lugar, el progreso ataca. La antigua ala del Hospital Salvador inicia su remodelación luego de 30 años de abandono y las antiguas casas a dos aguas pronto serán demolidas para situar altas torres verticales. Esta es la historia de un barrio, pero también el sentimiento general de progreso de una ciudad e indudablemente refleja un fenómeno mundial.
Esta pintura en particular mira la antigua ala del hospital Salvador antes de ser destruida y unas casas viejas en la noche.










